jueves, 11 de agosto de 2011

BUSCANDO CULPABLES


     Crisis Mundial. Prima de riesgo. Hipotecas subprime. Bonos basura. Agencias de calificación. Estas son las palabras que más oímos cuando miramos informativos en televisión, las palabras que más leemos en la sección de economía de nuestro diario. Incluso las oímos un sábado por la noche cuando salimos a cenar algo con nuestra pareja o nos reunimos con los amigos.

     Todos buscamos culpables a esta crisis. Los bancos y cajas han dado créditos que no deberían haber sido concedidos. Ibas al banco a solicitar un crédito de diez mil euros para hacer reformas en casa y te daban doce mil; para las reformas y las vacaciones. Necesitabas cien mil euros para comprar la casa de tus sueños, y te ofrecían ciento veinte mil. Te decían: “la casa tiene parking, cómprate un coche que este a la altura de tu nueva vivienda”.
     Pero... ¿la culpa es de los bancos?
     Imaginemos un día cualquiera, en una ciudad cualquiera a cualquier hora. Por la calle anda sólo el Señor Y en un gran estado de embriaguez. El Señor Y entra al primer bar que ve y pide una cerveza al camarero. Este piensa que no se la debe servir, pero si no se la sirve él, se irá al bar que hay en la esquina y se la venderán allí. El camarero razona y piensa: “para que se gane la vida otro, me la gano yo”. Decide servirle la cerveza. El Señor Y se la bebe, paga y se va. Sale a la calle haciendo eses, y casualmente pasa junto a una pareja de Guardia Civiles que pasaban por allí. Éstos comentan entre ellos:
- ¿Has visto como va aquel?
- Sí, va un poco pasado… pero ¿qué podemos hacer?
- Nada, nada, cada uno con su dinero hace lo que quiere. Si se lo quiere gastar para olvidar, mientras no moleste a nadie, no podemos hacer nada.
     Mientras tanto el Señor C, que trabaja en una gran empresa de transportes, esta acabando su jornada laboral. La multinacional para la que trabaja tiene un trato excelente con sus trabajadores y cumple todas las normas y regulaciones de calidad. Forma a sus trabajadores en prevención de riesgos laborales, facilita las herramientas necesarias para el desarrollo del trabajo, respeta los horarios y turnos, concilia el trabajo con la vida familiar. En definitiva, es una empresa modelo. El Señor C conduce su camión hacia su almacén, deseando llegar para concluir con su jornada.
     Gira a la derecha y se encuentra con un señor en medio de la calle. Se trata del Señor Y. El Señor C hace una brusca maniobra, pero no puede hacer nada para esquivar al peatón, con tan mala suerte que el camión vuelca y termina atropellándolo. El Señor Y muere al acto, mientras el Señor C quedará parapléjico.
¿Qué había sucedido si el camarero no le hubiese servido la última cerveza? ¿Qué habría pasado si la pareja de Guardia Civiles hubiera llevado a señor ebrio al hospital más cercano? ¿Qué habría ocurrido si el Señor C no hubiera realizado la maniobra para esquivar al peatón? Y sobretodo, ¿de quién es la culpa de éste accidente?
     Tanto en esta historia, como en la vida, no hay un único culpable. Todos somos culpables, y no hay ningún culpable. Ningún banco ha puesto una pistola en la cabeza a nadie para aceptar un préstamo. Nadie me ha obligado a comprarme un vehículo que no necesito. Nadie me amenaza para contratar unas vacaciones.

¿De quién es la culpa? De todos, de nadie.





1 comentario:

  1. En pocas palabras.
    Todos hemos tomado nuestras decisiones, entonces
    no busques culpables y asume las concecuencias de tus actos.

    Por cierto, Muy buen Post.
    Mateu Morales

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